Una vez, un empleado mío iba a ir al mar con su mujer, pero quería dejar a su hijo con su suegra. Su respuesta será siempre recordada

Muchos hombres suelen quejarse de su suegra. Pero mi colega tiene mejor relación con la madre de su mujer que con la suya propia. Una vez le pregunté cuál era el secreto, y me dijo que cuando elegía esposa, también miraba a su suegra. Al principio le pareció que su suegra no les daría la vida porque se sentía sola.

Aunque la suegra vivía sola, no se inmiscuía para nada en la vida de la joven familia. Su mujer hablaba con ella por teléfono todos los días, pero su suegra sólo venía en vacaciones. Tras el nacimiento de mi nieto nada cambió. No daba consejos, no enseñaba su sabiduría, y sólo venía a hacer de canguro cuando le daban permiso. Compraba juguetes, ropa, ayudaba si tenía que dejar al bebé, pero ni siquiera pensaba en imponer. Siempre era sonriente y educada.

Una vez mi compañero de trabajo iba a ir a la playa con su mujer, pero quería dejar a su hijo con su suegra. Y esto es lo que le dijo ella:
– Puedo cuidar de él, no es difícil para mí. Pero, ¿cuándo más puedes llevar a tu hijo de 3 años al mar? Sólo ahora. Dentro de un año cumplirá cuatro años, el tiempo no volverá a pasar. Perderás la maravillosa oportunidad de construir con él el primer castillo de arena y chapotear en el agua del mar. Y los años pasan… A los 15 años se irá al mar sin ti. ¿Qué le dará calor en su vejez, si no hay recuerdos? Es, por supuesto, tu derecho, pero tu hijo también tiene derecho a ver el mar por primera vez con su padre. No te equivoques.

Pensó en ello y recordó cómo pasaba las vacaciones de verano en el campo. Sus padres estaban ocupados trabajando, y luego su padre tuvo un ataque. Y no quedaron recuerdos… Fueron todos juntos al mar. Al año siguiente, también.

Esa fue la lección que mi suegra le enseñó a mi yerno.

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Una vez, un empleado mío iba a ir al mar con su mujer, pero quería dejar a su hijo con su suegra. Su respuesta será siempre recordada