Cuando nos casamos, empezamos a vivir en un apartamento alquilado. Vivimos felizmente con Frank en un apartamento alquilado durante tres años sin ninguna disputa. Y entonces el propietario decidió de repente vender el apartamento. Se encontraron compradores muy rápidamente. Así que Frank y yo tuvimos que hacer las maletas de repente y dejar el apartamento.
Decidimos comprar el apartamento con una hipoteca. Por supuesto, no teníamos dinero. Así que Frank se fue a trabajar por turnos durante tres meses. Y yo hice muchos turnos de noche en mi trabajo. Según nuestros cálculos, cuando Frank volviera de su turno, deberíamos haber tenido suficiente dinero para el pago inicial de la hipoteca.
Cuando dejamos el piso de alquiler, nos mudamos con mi suegra. Al fin y al cabo, mis padres vivían lejos, y alquilar un apartamento y reunir dinero para comprar el suyo propio era una tarea completamente irreal.
Cuando mi marido se fue a trabajar, intenté establecer una relación con mi suegra, pero le caí muy mal. Le disgustaba absolutamente todo de mí: la forma en que caminaba, lo que hacía y cómo lo hacía, la forma en que me vestía y cómo me maquillaba.
Mi suegra también odiaba que empezara a trabajar en el turno de noche tan a menudo. No paraba de llamar a Frank y decirle:
– ¿Dónde va tu mujer por la noche?
Mi marido trató de explicarle que estábamos reuniendo dinero para comprar un apartamento, pero ella no le creyó.
Un domingo por la mañana, mi suegra se puso a pasar la aspiradora a las siete de la mañana. Yo acababa de llegar a casa de mi turno y estaba empezando a dormirme. Me levanté y fui a casa de mi suegra. Le pedí que dejara de limpiar un rato. Y ella me dijo:
– ¿Cómo voy a dejar de limpiar? Durante años siempre he limpiado los domingos a esta hora. Y tú vives en mi apartamento y vas a vivir según mis reglas.
Acabo de desenchufar la aspiradora.
– ¡Compréndeme! Estoy muy cansada después de mi turno de noche. ¡Necesito dormir un poco!
Mi suegra se ofendió conmigo, cogió el teléfono y llamó inmediatamente a Frank:
– ¡Frank, te exijo que te divorcies de tu mujer! No sólo que se pasea por la noche, dondequiera que esté, sino que además ¡tienes y horriblemente grosero!
Me pregunto qué habrá visto mi suegra de grosero…