¡El hijo se ha vuelto loco! Tomó como esposa a una vieja esponja.

Ninguna madre haría cualquier cosa por su hijo para atar su destino a una mujer que no vale su dedo meñique. Yo tampoco quería eso. Le di a mi David lo mejor de todo, lo crié en las mejores tradiciones de nuestra familia, le enseñé el honor y la nobleza. También creí que un día mi hijo crecería, encontraría una chica hermosa y me haría feliz con mis nietos. Por desgracia, sólo a mí, porque su padre falleció a una edad bastante temprana y no vio a David crecer y dar su primer paso. Pero yo creía que desde el cielo mi marido siempre velaba por nosotros.

David creció como un niño inteligente, siempre interesado en todo, buen estudiante, y además tenía excelentes modales. Para envidia de todos, crié a un hombre decente sin marido. Pensé que la felicidad y la alegría serían mis eternas compañeras en la vida. ¿Qué otra cosa podría ser? Mi hijo había crecido bien, asistía a una excelente universidad, le había ayudado a comprar un apartamento. Ahora quedaba esperar a su alma gemela y a sus nietos.

David tenía 24 años cuando trajo a su novia a casa. Cuando la vi, casi me desmayo. Se llama Helena, es una señora de mi edad, había estado casada dos veces antes, pero ambos maridos murieron. Ahora está cazando a mi hijo. Y qué es esta pena para mí. Le pregunté a David: “Hijo, ¿no te he prestado suficiente atención, no te he amado? ¿Por qué no elegiste a Helena, la despreciable, la despreciable Helena? Y él me dijo.

-Mamá, siempre me enseñaste a ayudar a los necesitados, a respetar a las mujeres, a los niños, a los ancianos. Y Helena está necesitada. Puedo darle una vida mejor.

Mi hijo se ha vuelto loco, todo lo que le enseñé, lo tomó mal, lo tomó todo mal. ¿Qué hago ahora? ¿Cómo voy a vivir con esto? Esto no es lo que deseaba para él.

 

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¡El hijo se ha vuelto loco! Tomó como esposa a una vieja esponja.