Hace ya cuatro años que mi ex mujer y yo no vivimos juntos. Tenemos un hijo que tenía diez años en el momento del divorcio. El motivo del divorcio es banal: no coincidían en el carácter. Mi ex mujer es una persona muy impulsiva y obstinada. Siempre algo exigió de mí, en la casa una constante escándalos, reproches. ¿Qué hombre puede soportarlo? Ningún hombre, así que dejé a esa mujer histérica.
Ella nunca trabajó un día en su vida, y después del divorcio inmediatamente pidió la manutención de los hijos. No es extraño, de algo hay que vivir. En general, pagué puntualmente la pensión alimenticia durante tres años, a pesar de que para mí esa cantidad era bastante grande.
Pero vamos, yo pago a mi hijo. Ni siquiera dije una palabra cuando mi ex se casó de nuevo, también con un empresario. ¿Necesitan el dinero? Pero mi hijo era mío, por eso pagué. Hace un año y medio, también conocí a mi amor. Me casé.
Y hace un año me convertí en un feliz padre de dos hijas a la vez. Mi mujer está de baja por maternidad, así que por supuesto nos mantengo yo solo. Está claro que no tengo suficiente dinero, y además pago una pensión alimenticia desorbitada. Así que he acudido al juzgado para que estudie la posibilidad de reducir la pensión alimenticia. Tengo cuatro personas bajo mi custodia, es lógico. Al final gané en el tribunal, la pensión alimenticia se redujo.
Podré mantener a mi familia en paz. Pero el problema es diferente – ahora mi propio hijo no quiere comunicarse conmigo. Cada vez que no llamo, todos en busca de excusas por qué no puede hablar, por qué no puede cumplir. Pero sé que era su ex esposa le instigó. Así que la pregunta es – ¿por qué hacer eso? Soy un padre que ama a su hijo y quiere comunicarse con él.
