Ahora tengo 28 años. Lo tengo esencialmente todo para una buena vida: mi propia casa y un lugar donde vivir. Tengo un excelente trabajo con un buen sueldo. En general, vivo mi vida con satisfacción. El único inconveniente es que todavía no puedo conocer a mi amor.
En Internet dicen que si no has conocido a nadie antes de los 30, tus posibilidades se reducen. Es porque las mujeres envejecen rápidamente y los hombres prefieren la carne fresca. Bueno, he decidido poner en orden mi vida personal. A pesar de todo, no quiero seguir siendo una solterona y quiero acurrucarme con alguien por la noche.
Bueno, me registré en muchos sitios de citas, fue en decenas de fechas, y todos no algo. Uno acaba de dar una señora de la cama, el segundo da un cocinero, el tercero una niñera. Otro no le gusta que las mujeres tengan cerebro – un típico titiritero. Bueno, ¿a quién elegir entonces?
Mis conocidos me llamaron la atención sobre un tipo, supuestamente muy inteligente – sólo mi “traje”. ¿Qué puedo hacer, pero lo que si es mi destino? Decidí ir a una cita – ni siquiera vi su cara en las fotos, pensé que tendría suerte.
Viene tonto con el pelo rifado en la cabeza, una semana sin afeitar y con cara de disgusto. En cuanto se sienta en la mesa, empieza a despotricar sobre lo que los políticos han hecho con el país, luego sobre cómo las chicas son mercantiles y nadie quiere relaciones platónicas. En general, no es una boca, es un pozo negro. Sentada a la mesa con este individuo, me di cuenta de que probablemente sea mejor elegir a un hombre con el que te hagas la tonta, pero al que quieras. ¿No es así?
